El cultivo del olivo ha venido desarrollándose durante miles de años en la ribera del Mediterráneo. Las olivas y el aceite procedentes de este árbol han contribuido de forma muy significativa a la dieta de sus gentes y es una parte indispensable de su cultura.

Hoy, el aceite de oliva, además de ser un alimento básico en la dieta mediterránea, es muy apreciado internacionalmente por su aroma delicado y fragante. Además, recientes descubrimientos señalan que el aceite de oliva contribuye a la prevención y control de las enfermedades cardiovasculares, del aparato digestivo, la diabetes y retarda la oxidación celular.